Lo primero que debemos saber es que existen diferentes tipos de saunas y cada una posee sus correspondientes propiedades. La más conocida es la sauna finlandesa o seca, aunque también existen los baños turcos, también llamados sauna húmeda o hamman.
Diferencias entre sauna finlandesa y baño turco
La sauna finlandesa es un habitáculo de madera sin tratar, para que la madera pueda absorber la humedad que pueda haber en exceso. Dispone de bancos a diferentes alturas, siendo en los superiores donde se concentra más temperatura, ya que el calor va ascendiendo. Un calentador eléctrico se encarga de proporcionar la temperatura que oscila entre los 70-100 grados centígrados de temperatura y también contiene piedras volcánicas, donde al verter agua se provoca un golpe de vapor.
El baño turco en cambio, suministra calor húmedo mediante el vapor de agua. La temperatura es inferior a la sauna seca, oscilando entre 25-50 grados según la altura. El ambiente está saturado de vapor de agua, el cual impide el proceso de sudoración, por tanto en el baño turco se suda menos que en la sauna finlandesa
¿La sauna adelgaza?
En la sociedad actual la obsesión por un canon estético llega a crear mitos como el que hoy tratamos, “La sauna adelgaza, mito o realidad”. La necesidad de conseguir un cuerpo bonito, adelgazar, etc.….hace que el número de personas que desean bajar de peso aumente a pasos agigantados, extendiéndose sobre todo entre el público femenino. El principal problema es que muchas veces, la pérdida de peso se quiere realizar sin practicar apenas deporte y sin tener en cuenta las calorías o grasas saturadas que ingerimos.
Por ello, sí que es cierto que en la sauna se produce una sudoración, y si nos pesamos tras una sesión veremos que hemos reducido peso, pero ojo, adelgazamos porque al estar nuestro cuerpo sometido a esas temperaturas, pierde agua, por lo que en el momento en el que empecemos a hidratarnos, recuperaremos los líquidos perdidos y no habremos adelgazado absolutamente nada.
Para adelgazar es necesario quemar grasa, y en la sauna es imposible, ya que sólo eliminaremos toxinas a través del sudor.
Beneficios de la sauna
Aún y todo, la sauna presenta grandes beneficios para nuestra salud entre los que destacamos:
• Renovación de la epidermis.
• Efecto relajante.
• Eliminación de toxinas.
• Los músculos ganan elasticidad.
• Ayuda a aumentar las defensas.
• Mejora la función cardiovascular.
• Mejora la artritis.
• Mejora la respiración.
• Efecto des estresante, libera endorfinas, por lo tanto ayuda a combatir el insomnio y el stress.
Aunque también deberemos de tener ciertas precauciones. No está recomendada para personas con problemas cardiacos, personas con problemas de tensión o mujeres embarazadas.
Consejos de uso de la sauna
Y para terminar, os dejamos los siguientes consejos para que toméis la sauna de una manera saludable:
1- Dúchate con agua templada y limpia tu piel.
2- Siéntate en el banco inferior.
3- A los 10-15 minutos sal y dúchate con agua fría.
4- Puedes realizar un poco de relax y volver a entrar, esta vez si quieres colócate en la parte superior.
5- Sal de nuevo, duchates con agua fría preferiblemente, o templada, y si quieres utiliza un guante exfoliante para eliminar de la piel sudor, impurezas y células muertas.
6- Haz relax, abrigándote bien, para recuperar tu temperatura corporal. No realices movimientos bruscos, podrías sufrir una bajada de tensión.
7- Hidrátate poco a poco tomando zumos de frutas, agua mineral…
Recuerda: si quieres perder peso combina el ejercicio físico con una dieta equilibrada.
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