No se necesita ser un científico para conocer los beneficios del deporte sobre las emociones del ser humano, basta con practicar alguno y veremos nosotros mismos los resultados. Nuestro cuerpo funciona mejor, nos sentimos mejor, más alegres, nos fatigamos menos y nos vemos mejor. Esto por sí solo, contribuye a disminuir la carga del estrés.

Estos beneficios no son exclusivos de los deportistas de élite, sino que funcionan a cualquier nivel, hasta con deportistas de la tercera edad o personas con discapacidades físicas.

Veremos que los aportes del ejercicio a nuestro organismo, pueden resumirse en tres áreas: cardiorrespiratoria, fuerza y resistencia muscular, flexibilidad. Numerosos estudios realizados emplearon actividades aeróbicas y anaeróbicas para tratar trastornos de depresión y ansiedad.

Los estudios han demostrado que las actividades deportivas contribuyen a reducir significativamente la ansiedad. Por ejemplo, podemos observar mejorías luego de una sesión de ejercicios aeróbicos.

Cómo tratar el estrés con ejercicio

Claro que no cualquier ejercicio servirá para estos tratamientos, deben cumplir ciertos requisitos para producir el efecto tranquilizante: deben ser rítmicos (carrera, salto sobre obstáculos, caminata, montar en bicicleta), la duración de la actividad puede oscilar entre 5 y 30 minutos, con una intensidad que constituya el 30-60% del máximo que cada sujeto admite.

Es cierto que no existen milagros y todo esto funciona luego de un período de entrenamiento, que puede llevar entre cuatro y veinte semanas.

Pero por otro lado, está demostrado que uno de los factores desencadenantes de la depresión es la falta de ejercicio. Algunos psicoterapeutas han llegado a comparar el valor de la práctica del ejercicio con el de algunos tratamientos psicológicos tradicionales.

En base a esto, podemos concluir que la práctica de deportes y ejercicio físico, pueden constituir una alternativa a los tratamientos psicológicos, o al menos, puede ser un complemento de los mismos, de acuerdo al caso. No olvidemos que el ejercicio produce un bienestar mental y una mejoría psicológica, por sí mismo, por lo que es beneficioso en cualquier caso, aunque no se padezca estrés.

El mecanismo que funciona en este caso, es que el ejercicio aporta una reducción del estado de ansiedad, también disminuye la depresión moderada, reduce el estrés, las neurosis, favorece el tratamiento de depresiones severas y resulta beneficioso psicológicamente para personas de ambos sexos y de cualquier edad.

Claro está, que ciertos tipos de ejercicio como los de alta intensidad, no contribuyen a reducir la depresión, sino que aumentan la fatiga, la tensión y los problemas de carácter.

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