Es normal que en verano nos preocupemos más por la hidratación, nuestro sistema de termorregulación funciona al cien por cien y hay que mantenerse bien hidratado. Pero no solo de agua vive el deportista, hay otras bebidas que optimizaran nuestro trabajo en el gimnasio, sobre todo hay que tener en cuenta qué beber antes, durante y después de ir al gimnasio.
Antes de ir al gimnasio debemos asgurarnos de estar bien hidratados, para ello no basta con beber un par de vasos de agua antes (que también), sino procurar una buena hidratación a base también de alimentos como las frutas, que nos aportarán vitaminas y minerales. Tomar una bebida con cafeína también puede ayudar a activarnos, pero cuidado con la cafeína que en grandes dosis consigue el efecto contrario.
Bebidas excesivamente azucaradas como zumos concentrados o refrescos azucarados puede provocar una hipoglucemia reactiva que nos deje los niveles de energía por los suelos, mucho cuidado con abusar de ellos antes de ir al gimnasio.
Ya durante la sesión de gimnasio no se me ocurre mejor manera de hidratarnos que con agua. Tras un par de series siempre es buen momento para pegar un trago de agua y evitar la pérdida de líquidos. Dejemos las bebidas isotónicas para los deportes aeróbicos como el spinning, aeróbic y demás, para la sala de musculación no es necearia una bebida isotónica, no se van a perder apenas electrolítos, nos centraremos más en la reposición de agua.
Y para después hay que tener en cuenta que tenemos reducidos los niveles de energía, así que junto con la hidratación podemos aprovechar para reponerlos con batidos de carbohidratos o batidos caseros de frutas, galletas, cereales y algo de frutos secos. Aqui también tener cuidado sólo con los batidos de proteínas, que pueden entorpecer la recuperación de los depósitos de glucógeno e incluso aumentar la deshidratación.