Cuando el desconocimiento de un tema es grande se generan muchas dudas en torno a él. En el caso de los edulcorantes ocurre lo mismo: los señalan como maravillas, pero hay quienes también los satanizan. En este post trataremos de aclarar tus inquietudes con la ayuda de la Dra. Bettit Salva, docente de la Universidad agraria y especialista en salud alimentaria.
Empecemos por definir qué es un edulcorante. Gracias a los avances científicos, el azúcar común (sacarosa) ha podido ser reemplazada por sustancias que endulzan cientos o millones de veces y que incluso reducen el aporte calórico del azúcar que todos conocemos.
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Los edulcorantes solo se encuentran en los alimentos
Esto no es cierto. Los edulcorantes le añaden el sabor característico: productos de higiene bucal, productos farmacéuticos, preparados multivitamínicos, edulcorantes de mesa, bebidas dietéticas, gomas de mascar, polvos instantáneos, mermeladas, conservas, productos de panadería y bizcochería, entre otros.
Tras años de pruebas para descartar cualquier daño a la salud siempre y cuando no se excedan los valores de la Ingesta Diaria Admisible (IDA), se concluyó que no son nocivos. Algunos edulcorantes como la sacarina (E-954) y los ciclamatos (E-952) fueron cuestionados porque estudios realizados en ratas asociaron el cáncer de vejiga con el consumo de cantidades muy altas de estas sustancias. Sin embargo, otros estudios realizados posteriormente corroboraron que no son tóxicos para los humanos. La sacarina y los ciclamatos tienen una ingesta diaria admisible de 5 y 7 mg/kg/día, respectivamente.
Para potenciar el poder ‘endulzante’ se pueden combinar dos edulcorantes diferentes, pero si se desea conservar alguna propiedad del azúcar, como su viscosidad, cristalización, caramelización, o control microbiano, se pueden mezclar ambas sustancias.
El aspartamo (E-951) está contraindicado en pacientes fenilceturónicos (condición genética). Por eso es un deber de las empresas que incluyan la información de los ingredientes de cada producto, para evitar complicaciones. Para el resto de personas, el aspartamo no representa ningún peligro siempre y cuando no se excedan los 40 mg/kg/día.
Es preferible que sean los adultos quienes consuman edulcorantes, puesto que los niños corren un riesgo mayor de exceder la IDA porque tiene cuerpos más pequeños.
Los edulcorantes no son cariogénicos, es decir, no producen caries. Además, pueden ser consumidos por diabéticos y tienen un menor contenido calórico.
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