El vegano no tiene que ingerir gigantescas costillas y filetes de dinosaurio, como hacían “los picapiedra”, para ganar esos kilos necesarios y así salir airoso en las competiciones de culturismo. Por poner el mejor ejemplo de la necesidad absoluta de aportación de proteínas en un deporte.
Desde hace algún tiempo hay muchas vitrinas, de grandes campeones dedicados a esta práctica deportiva, repletas de medallas y trofeos, ganados en competiciones de alto nivel, y de fotografías de cuerpos retorcidos con una marcada orientación a lucir sus conformados y exagerados músculos. Pero lo que más sorprende es realmente lo que se digiere en el estómago de estos campeones: tofu, verduras de hoja verde y polvo de proteína de origen vegetal, etc…Pertenecen a un nicho de culturistas denominados veganos (extranjerismo proveniente del inglés «vegan»), por su tipo de alimentación. Muy de actualidad también en practicantes de Ironman y Ultraman, siempre hablando del ámbito deportivo.
Pero, ¿a qué hace referencia esta palabreja?, y ¿es lo mismo vegano que vegetariano? La respuesta a la última pregunta es negativa. Sin extendernos en la temática, diremos que existen algunas pequeñas diferencias entre ambos tipos de alimentación. Las personas vegetarianas son las que en su alimentación no incluyen carne ni pescado, pero sí es posible que consuman productos animales que no causen la muerte del animal (huevos y lácteos). Y los veganos son personas que no comen ningún tipo de alimento de origen animal, de forma que además de no comer carne ni pescado, también renuncian a productos como la leche, los huevos, la mantequilla, la miel, etc. Su alimentación únicamente está basada en el consumo de verduras, frutas, cereales, legumbres, frutos secos y demás alimentos que procedan del mundo vegetal.
Analizando el porqué de la creciente popularidad del veganismo, podríamos encontrar varias líneas de pensamiento social en las que se basaría esta tendencia. Evidentemente la primera sería eliminar el consumo de derivados de animales evitando el maltrato que sufren los mismos (veganismo ético); otra pasaría por echar una mano al medio ambiente, con el decrecimiento de la producción animal en granjas, donde se produce un altísimo porcentaje de emisiones por los desechos, el último que ha saltado a la palestra, aunque ya era conocido pero no famoso, es el perjuicio que sufre nuestro propio organismo con el consumo exagerado de carne animal, y las posibles repercusiones cancerígenas si son productos procesados, según las últimas recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), es decir una cuestión de salud.
Pero, si a pesar de que exista una gran dosis de ideología en la forma de pensar y consecuentemente de actuar, los datos científicos son tozudos, y no hacen más que encaminarnos hacia una forma de alimentación que se está demostrando ser más saludable, y que nos da todas las garantías para desarrollar cualquier disciplina deportiva con resultados óptimos.
Nuestros objetivos serán los de precisar con aproximación la cantidad de proteínas que vamos a consumir, y aprender cuáles son las mejores fuentes de proteína vegetal.
Lógicamente todo depende de diversos factores, como el sexo, la edad, el desgaste físico y mental, y tus condiciones de salud. Existen tablas y fórmulas que te acercan al consumo aproximado, pero para hacernos una idea, una mujer de entre 19 y 70 años necesitaría unos 48 gr de proteínas a lo largo del día. El mismo caso para un hombre sería de 56 gr.
No cabe duda de que uno de los sectores en alza es el de la salud, y con expectativas de crecimiento a largo plazo muy consolidadas. Este imparable camino de investigación nos llevará a una mejora segura en la metamorfosis hacia una relación muy estable en la relación de alimentación sana y desarrollo deportivo. Todo esto está creando una moda al consumo de alimentos vegetales, y por lo tanto una tendencia alcista-símil del mercado bursátil- al veganismo.
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